De días soleados, música de los Flaming Lips, Dandy Warhols, Digitalism, Franz Ferdinand y Cat Power, viajes, registros fotográficos, sensaciones, sabores, libros de Murakami, Auster y Vila-matas y las obsesiones de alguien que con observar el simple cielo de su tierra mientras va por carretera, es feliz.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Here comes the sun
Hoy descubrí por qué me gustan los días soleados. Me asomé a mi balcón y ahí estaba con sus rayos: ese sol radiante y hermoso. Inmediatamente me puse de buenas, me descubrí feliz. Como chiste de serie de televisión, note que sonreía, que tenía un ánimo por demás exaltado. ¿Estoy loca o qué me pasa?, me pregunté. ¿Es que el sol, el simple sol me puso así? Sí, efectivamente. Ahora sé que soy un ser que se mueve por sus instintos y que busca su supervivencia a través de la luz.
Después de llegar a esta conclusión, me sentí tan libre que fui incluso más feliz... Hasta que llegó la noche... Y me dormí y soñé que corría entre campos verdes y soleados, en la total y absoluta certeza de que nada ni nadie me podía cuestionar quién soy, qué hago, a dónde voy, qué quiero, qué busco, qué tengo, qué pienso, a quién amo, por quién lloro, por quién sufro, por quién vivo...
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